Nuestras calles (XVII): Rafael de León
por N. Romero el 01/06/2019
La obra de Rafael de León está presente en el imaginario colectivo de varias generaciones. Sucede que sus creaciones perviven en nuestro recuerdo mucho más allá que el nombre de su autor, lo que da cuenta de su grandeza y le convierte en uno de los más grandes autores del siglo XX.
En 1908 nace en Sevilla el VIII marqués del Valle de la Reina, VII marqués del Moscoso y IX conde de Gómara. ¡Casi nada!. Pero también nació uno de los más prolíficos autores de la Generación del 27. Su linaje aristócrata jugó en su favor para acceder a la mejor educación posible en la época, y conocer por esta vía a grandes de la literatura española como Alberti y García Lorca, una de sus mayores influencias artísticas.
Licenciado en Derecho, pero ya orientado a la creación artística en los ambientes de cafés y teatros de variedades de Sevilla, donde empieza a escribir sus primeras letras para coplas. Era un hombre muy religioso, a la par que bohemio, refinado, erudito y homosexual... conjunción de factores que en la época no estaban bien vistos, pero que contribuyeron a definir su personalidad y su trayectoria artística.
Con Concha Piquer, Quintero y Quiroga.
En 1932 se traslada a Madrid, donde conoce a los maestros Quintero y Quiroga, formando con ellos un afamado y prolífico trío de letristas y compositores (reconocible es la marca "Quintero, León y Quiroga"). Pero esta relación se ve temporalmente interrumpida por el estallido de la Guerra Civil, que pilla a León en Barcelona, donde es encarcelado en 1938 acusado por el gobierno republicano de espionaje y alta traición. Su origen aristocrático lo "delataba"... a pesar de su conocida amistad con Lorca, Alberti, León Felipe o Machado. La caída de Barcelona impidió que fuera sentenciado a muerte y ejecutado, pues la casualidad quiso que su juicio estuviera previsto para 5 días después.
El ensalzamiento de la "hispanidad", de los valores de lo español que tanto gustaba a la propaganda del régimen, el empuje de una cinematografía mediocre centrada en mostrar los valores más tradicionales del pueblo español, su folclore, sus costumbres y tradiciones, la imaginería popular... fue el caldo de cultivo ideal para la extraordinaria creación de Rafael de León, legado enorme e imperecedero en forma de coplas celebres y muy conocidas, incluso por los ajenos a este mundillo: Ojos verdes, La zarzamora, A tu vera, A la lima y al limón, Pena penita pena, María de la O, Triniá... y así cientos de creaciones.
Lola Flores, una las principales intérpretes de sus coplas
Sus letras fueron interpretadas por las mejores voces de la época y posteriores generaciones de artistas: Concha Piquer, Marifé de Triana, Miguel de Molina, Juanita Reina, Lola Flores... También por otros grandes artistas posteriores como el gran Carlos Cano, Rocío Jurado, Isabel Pantoja... incluso compuso para otros cantantes de distintos estilos, como Nino Bravo, Rocío Durcal o Raphael.
Sus libros de poemas.
No solo hizo copla, también escribió dos libros de poemas, bastante más olvidados, pero de una calidad literaria no generalmente reconocida. Muchos de sus poemas y letras tienen claras influencias lorquianas, no hay más que ver parte de la letra de "Ojos Verdes":
"Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde verde limón"
No exageramos cuando hablamos de legado imperecedero. Por mucho que los gustos musicales cambien, su obra perdura en nuestro recuerdo. Su fallecimiento en 1982 solo fue la muerte del cuerpo, su obra continúa como parte de la banda sonora vital de varias generaciones de españoles.